
Los Ángeles está lidiando con una de sus peores crisis de incendios forestales, ya que cuatro devastadores incendios continúan ardiendo en todo el condado, dejando 24 muertos y más de 150.000 desplazados.
Si bien se han redoblado los esfuerzos para contener los incendios, la preparación y la infraestructura del estado están siendo sometidas a un intenso escrutinio.
Los críticos, incluido el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, han destacado las deficiencias en los sistemas de respuesta a incendios de California, citando la inadecuada gestión de recursos y los recortes presupuestarios como fallas clave.
Los incendios, que se han extendido por un área más grande que San Francisco, han expuesto vulnerabilidades en la infraestructura de extinción de incendios, incluida la escasez de agua y el personal insuficiente.
Con pronósticos de que los peligrosos vientos de Santa Ana empeorarán a mediados de semana, aumentan las preocupaciones sobre la capacidad del estado para mitigar una mayor destrucción.
Las debilidades estructurales alimentan el desastre de incendios en California
La crisis de incendios forestales de California no es solo un desastre natural; también representa un fracaso sistémico en la asignación y planificación de recursos.
Los incendios de Palisades y Eaton, responsables de la mayor parte de la destrucción, han consumido más de 40.000 acres y destruido 12.300 estructuras, incluidas casas de lujo e infraestructuras críticas.
A pesar de desplegar a más de 14.000 bomberos de todo Estados Unidos, México y Canadá, la contención sigue siendo un desafío debido a los patrones erráticos del viento y la vegetación seca.
La escasez de agua ha agravado la crisis. Los informes revelan que los principales embalses estaban fuera de servicio durante el brote inicial de los incendios, lo que provocó que los hidrantes estuvieran secos en barrios como Pacific Palisades.
Este problema ha reavivado los debates sobre las políticas de gestión del agua del estado.
El gobernador Gavin Newsom ha iniciado una investigación sobre estos fallos mientras implementa medidas de emergencia para acelerar la ayuda en casos de desastre y evitar la especulación de precios dirigida a los residentes desplazados.
Impacto de los incendios forestales de Los Ángeles
Los incendios han provocado tensiones políticas, con el presidente electo Trump criticando duramente a los funcionarios de California.
A través de su plataforma Truth Social, Trump criticó al liderazgo demócrata del estado por lo que calificó de “incompetencia”, acusándolos de mal manejo de recursos y de descuidar las medidas de prevención de incendios.
El gobernador Newsom, a su vez, desestimó los comentarios de Trump como información errónea y pidió centrarse en soluciones prácticas en lugar de juegos de culpas políticos.
Las consecuencias ambientales de estos incendios forestales son asombrosas. Las cenizas tóxicas cargadas de amianto, arsénico y otros materiales peligrosos representan riesgos para la salud a largo plazo para los residentes.
Junto con esto, la destrucción de ecosistemas y las emisiones de carbono de los incendios han intensificado las preocupaciones sobre el cambio climático y su papel en alimentar eventos climáticos extremos.
El incendio de Palisades, que ha afectado a zonas acomodadas como Malibu y Brentwood, subraya las disparidades socioeconómicas en la preparación para desastres.
Si bien algunas comunidades se benefician de una sólida cobertura de seguros y acceso a servicios de emergencia, otras enfrentan importantes barreras para la recuperación, lo que destaca la necesidad de intervenciones políticas equitativas.
Desafíos de contención y esfuerzos de recuperación
Los esfuerzos para controlar los incendios siguen siendo precarios, con tasas de contención de los incendios de Palisades y Eaton de solo 11% y 27%, respectivamente.
Los equipos de bomberos continúan luchando contra los vientos cambiantes y las condiciones secas, desplegando recursos aéreos para arrojar agua y retardante sobre zonas críticas.
La amenaza de reavivamientos y nuevos incendios sigue siendo alta, ya que los pronosticadores predicen ráfagas de viento de hasta 113 km/h hasta el miércoles.
Las órdenes de evacuación siguen vigentes en todo el condado de Los Ángeles, incluidos sitios emblemáticos como el Getty Center y barrios de lujo en Brentwood.
Las autoridades han advertido a los residentes que no regresen a las áreas afectadas por el incendio debido a las condiciones peligrosas, incluidas estructuras inestables y escombros tóxicos.
Mientras continúan las investigaciones sobre las causas de los incendios, las pruebas preliminares sugieren una posible conexión con un incendio menor que estalló días antes.
Los expertos advierten que estos eventos de reavivamiento resaltan la necesidad de mejorar las estrategias de vigilancia y prevención de incendios.
A pesar del sombrío panorama, hay destellos de esperanza. El incendio Kenneth, uno de los más pequeños, ha sido completamente contenido, lo que permite asignar más recursos a los incendios más grandes.
Con el número de muertos en aumento y decenas de miles de vidas afectadas, el camino hacia la recuperación de Los Ángeles está plagado de desafíos.
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