
Los principales ejecutivos petroleros se reunirán con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca el miércoles para discutir estrategias para aumentar la producción nacional de energía en medio de la caída de los precios del crudo y las posibles guerras comerciales.
Esta reunión será la primera de Trump con líderes del sector del petróleo y el gas desde que comenzó su segundo mandato como presidente en enero.
Según un informe de Reuters, el evento a puerta cerrada incluirá a miembros del comité ejecutivo del Instituto Americano del Petróleo (API).
API, un destacado grupo comercial que representa los intereses de la industria del petróleo y el gas, cuenta con un comité ejecutivo poderoso e influyente.
Este comité está compuesto por líderes destacados de algunas de las empresas más importantes del sector.
Entre las figuras destacadas se encuentran Darren Woods, CEO de ExxonMobil; Mike Wirth, CEO de Chevron; Ryan Lance, CEO de ConocoPhillips; Mark Lashier, CEO de Phillips 66; y Maryann Mannen, CEO de Marathon Petroleum.
Estos ejecutivos, a través de sus funciones de liderazgo dentro de API, desempeñan un papel significativo en la configuración de la dirección política y los esfuerzos de promoción de la organización.
Su influencia colectiva abarca una amplia gama de cuestiones que afectan al sector del petróleo y el gas, incluyendo las regulaciones ambientales, la política energética y la dinámica del mercado.
Reunión de doble propósito
La próxima reunión tendrá un doble propósito. Por un lado, será una oportunidad para celebrar el apoyo temprano e inquebrantable del presidente Trump a la industria petrolera, reconociendo su papel en sus éxitos.
Esta “vuelta de la victoria” permitirá a los líderes de la industria expresar su gratitud y destacar los impactos positivos de las políticas del Presidente.
Sin embargo, la reunión no será únicamente de celebración.
También se espera que los ejecutivos de la industria planteen sus preocupaciones sobre las posibles consecuencias negativas de las guerras comerciales de Trump.
Probablemente argumentarán que estas guerras comerciales podrían perturbar los mercados globales y crear inestabilidad, perjudicando en última instancia a la industria petrolera.
Además, se espera que los ejecutivos hagan hincapié en la necesidad de precios del petróleo más altos.
Los precios más altos son esenciales para incentivar la inversión en la producción nacional de petróleo y para lograr el objetivo declarado por Trump de aumentar la independencia energética nacional.
Pueden sugerir que los niveles de precios actuales son insuficientes para respaldar el nivel de inversión necesario para expandir significativamente la producción nacional.
Necesidad de precios del petróleo más altos
La administración Trump asumió el cargo prometiendo aumentar la producción de petróleo de EE. UU., que ya se encontraba en un máximo histórico, hasta en 3 millones de barriles por día.
Su objetivo era reducir los precios de la energía para los estadounidenses afectados por la inflación mediante la flexibilización de las regulaciones ambientales y la aceleración del proceso de permisos.
“La mejor manera de mantener la producción de petróleo y la independencia energética es apoyar un precio del petróleo más alto”, se citó a Ed Hirs, economista energético de la Universidad de Houston, en el informe de Reuters.
“Perforar, bebé, perforar” no es el camino a seguir. Y por eso creo que intentarán hacérselo ver con tacto.
Debido a las políticas arancelarias de EE. UU. y a los planes de la OPEP+ para aumentar la producción, se prevé que los precios de referencia del petróleo Brent promedien 73 dólares por barril en 2025.
Esta previsión de Wood Mackenzie representa una disminución de 7 dólares por barril con respecto a la media de 2024.
Los precios del petróleo han caído bruscamente desde enero debido a que las preocupaciones sobre un exceso de oferta en el mercado, junto con las inquietudes arancelarias, han asustado a los inversores.
La oposición de la API
La API se ha opuesto públicamente a la guerra comercial que Trump persigue con sus aliados México y Canadá, en parte porque los dos vecinos de EE. UU. son sus principales fuentes de petróleo crudo importado.
Los productores que puedan demostrar el cumplimiento del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) están exentos de los aranceles que Trump impuso al crudo importado de Canadá y México.
El mes pasado, en respuesta a los aranceles, el director ejecutivo de API, Mike Sommers, declaró:
Los mercados energéticos están altamente integrados, y el comercio libre y justo a través de nuestras fronteras es fundamental para proporcionar energía asequible y fiable a los consumidores estadounidenses.
Anteriormente, la API también había publicado un plan energético de cinco puntos para Trump y el Congreso.
El plan incluye la reforma de los permisos, el aumento de las concesiones de petróleo en alta mar, créditos fiscales para la captura de carbono y la producción de hidrógeno, y la reducción de las subvenciones para los vehículos eléctricos.
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