
Brasil ha pospuesto su plan de gravar a las grandes empresas tecnológicas por temor a que pueda interpretarse como una represalia contra las crecientes amenazas comerciales de Estados Unidos por parte del presidente Donald Trump.
Según Reuters, fuentes familiarizadas con el asunto dijeron que Brasil ahora tiene la intención de impulsar una nueva propuesta legislativa destinada a regular la competencia entre las plataformas de internet dominantes en América Latina.
En medio de los desafíos económicos internos y la cambiante dinámica del comercio internacional, la nueva administración se está alejando del enfoque de política exterior de su predecesora.
Proyecto de ley de competencia sobre prácticas en el mercado digital
El 4 de octubre de 2024, Brasil anunció la implementación de un impuesto mínimo del 15% sobre las ganancias de las corporaciones multinacionales, según se detalla en un decreto ejecutivo publicado en el diario oficial del país el jueves por la noche.
Esta iniciativa tenía como objetivo reforzar los ingresos a la luz del ambicioso objetivo del gobierno de lograr un déficit fiscal cero, evitando al mismo tiempo recortes de gastos generalizados que pudieran poner en peligro programas sociales esenciales.
Al alinearse con los esfuerzos globales para combatir la evasión fiscal, Brasil buscaba estabilizar su marco financiero y garantizar una tributación justa para las entidades multinacionales.
El gobierno está actualmente consultando sobre un proyecto de ley de competencia destinado a las prácticas comerciales anticompetitivas que obstaculizan la competencia leal entre los consumidores, pero ha propuesto tener en cuenta una propuesta de enmienda en la consulta pública (enero de 2024).
El proyecto de ley pretende prevenir daños como las “adquisiciones asesinas”, en las que una gran empresa compra a competidores potenciales con el propósito expreso de eliminarlos y favorecer los productos de una plataforma en los resultados de búsqueda.
Brasil pretende fomentar un entorno competitivo para impulsar la innovación y ofrecer mejores opciones a los consumidores en su floreciente economía digital.
Este enfoque en la competencia se produce en un momento en que los reguladores de todo el mundo están ajustando sus marcos para responder a la rápida expansión de las empresas tecnológicas, exigiendo una mayor rendición de cuentas y equidad en los mercados digitales.
La propuesta fiscal genera preocupación sobre las relaciones comerciales.
Anteriormente, funcionarios brasileños insinuaron que presentarían un plan fiscal dirigido a las principales empresas tecnológicas globales, dependiendo de las previsiones de ingresos federales para la segunda mitad de 2024.
Si se aprueba, este impuesto afectará a grandes empresas estadounidenses como Amazon, Google (de Alphabet) y Meta, que opera Facebook y WhatsApp.
Sin embargo, como dijo uno de los conocedores, el momento en que se presentó el plan fiscal ha causado alarma en la administración brasileña.
La volátil situación de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Brasil, particularmente tras el anuncio del presidente Trump el 2 de abril sobre posibles aumentos arancelarios, ha hecho que Brasil sea más cauteloso.
La persona enfatizó que el aumento de los impuestos a las grandes corporaciones estadounidenses podría interrumpir las conversaciones y negociaciones comerciales existentes, particularmente a la luz del sólido programa de aranceles de Trump.
Gestión de la incertidumbre en el comercio internacional
El impulso del gobierno a favor de esta política, mientras Brasil se prepara para posibles escenarios de represalias derivados del aumento de los aranceles estadounidenses, forma parte en última instancia de un objetivo más amplio de evitar que las tensiones comerciales se intensifiquen.
Mientras tanto, los funcionarios brasileños parecen no tener claro la naturaleza exacta de las amenazas y cómo influirán en el futuro de las relaciones comerciales entre los dos países.
El contexto de los sistemas y las negociaciones comerciales internacionales subraya la situación vulnerable de Brasil.
Al rechazar el plan fiscal para los gigantes de la tecnología, Brasil parece estar buscando mantener una postura cooperativa con socios económicos clave, al tiempo que aborda las preocupaciones locales sobre la competencia y la justicia en la economía digital.
Brasil podría buscar un enfoque más equilibrado.
El nuevo enfoque del gobierno brasileño en la regulación de la competencia en lugar de la tributación representa una recalibración estratégica.
Si bien aborda las preocupaciones internas sobre las desigualdades del mercado y las prácticas anticompetitivas, también busca mantener relaciones comerciales constructivas con Estados Unidos en medio de las incertidumbres actuales.
A medida que la economía digital se expande y evoluciona, los avances legislativos de Brasil sin duda serán seguidos de cerca tanto por actores nacionales como extranjeros.
La conclusión de las consultas públicas sobre el proyecto de ley de competencia será crucial mientras Brasil trabaja para construir un panorama digital más equitativo, sin dejar de perseguir sus intereses económicos a escala global.
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