
El sector manufacturero chino experimentó un fuerte repunte en febrero, con el índice de gestores de compras (PMI) Caixin/S&P Global subiendo a 50,8, su nivel más alto en tres meses.
El aumento indica que la actividad fabril se está acelerando a medida que los trabajadores regresan después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, lo que ayuda a impulsar la producción y la demanda de exportaciones.
El PMI del sector privado, que se mantuvo por encima del umbral de 50 que separa la expansión de la contracción, superó las expectativas del mercado de 50,3 y la lectura de enero de 50,1.
Esto sigue a los datos oficiales del PMI publicados anteriormente, que muestran que la actividad manufacturera también se expandió a su ritmo más rápido desde noviembre.
Si bien las últimas cifras indican un impulso a corto plazo en la producción industrial, los riesgos externos, como los nuevos aranceles estadounidenses y el debilitamiento de la demanda interna, plantean desafíos para la recuperación económica más amplia de China.
Aumentan los pedidos de exportación de China.
La expansión de la manufactura se debió en gran medida a un aumento en los nuevos pedidos de exportación, que crecieron a su ritmo más rápido desde abril de 2023.
Según los datos de la encuesta, el aumento de la demanda de los mercados extranjeros desempeñó un papel clave para compensar el débil consumo interno.
Los economistas sugieren que el aumento repentino de los pedidos de exportación podría estar relacionado con la aceleración de las importaciones por parte de las empresas estadounidenses antes de las subidas arancelarias previstas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció recientemente un arancel adicional del 10% sobre los productos chinos, que entrará en vigor el 4 de marzo.
Esto se suma a un arancel anterior del 10% impuesto el 4 de febrero, y Trump también amenazó con aumentar los gravámenes hasta un 60% si es reelegido.
El aumento de las tensiones comerciales genera preocupación sobre el sector manufacturero chino, que contribuyó aproximadamente con una cuarta parte del PIB del país en 2023.
A pesar del aumento a corto plazo de los pedidos extranjeros, los fabricantes siguen siendo cautelosos sobre la sostenibilidad a largo plazo de la demanda.
Algunos analistas advierten que una vez que los importadores estadounidenses terminen de acumular mercancías para evitar los aranceles, el impulso exportador podría ralentizarse, lo que añadiría más presión a la economía china.
La demanda interna de China se desacelera.
Si bien el sector manufacturero chino se benefició de un repunte posterior a las vacaciones, la demanda interna siguió bajo presión.
El PMI manufacturero oficial, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas, subió a 50,2 en febrero desde 49,1 en enero, reforzando las señales de recuperación.
El PMI no manufacturero, que abarca los servicios y la construcción, mostró un aumento marginal hasta 50,4 desde 50,2 en enero, lo que pone de relieve el lento gasto del consumidor y la débil confianza empresarial.
Los economistas ahora esperan las próximas reuniones de la Asamblea Popular Nacional (APN) en Beijing para obtener más orientación sobre políticas.
Se espera que el gobierno chino anuncie objetivos económicos para 2025, junto con nuevas medidas de estímulo para apoyar el consumo y la inversión internos.
Persisten las preocupaciones sobre si el gasto fiscal previsto será suficiente para contrarrestar la desaceleración del crecimiento y las persistentes presiones deflacionarias.
Aumentan los costos, disminuyen los empleos en China
Aunque la producción fabril repuntó en febrero, el aumento de los costes de los insumos y la caída de los precios de los productos siguen reduciendo los márgenes de beneficio.
Los datos de la encuesta apuntaron a un aumento de los costes de materias primas como el cobre y ciertos productos químicos.
Al mismo tiempo, los fabricantes de bienes de consumo y de inversión informaron de una caída más pronunciada de los precios de venta, lo que refleja la débil demanda interna.
El empleo en el sector manufacturero también se vio afectado, con recortes de puestos de trabajo que alcanzaron un máximo de casi cinco años. Muchas empresas priorizaron la reducción de costes para mantener la rentabilidad, siendo el segmento de bienes de consumo el que experimentó las reducciones de plantilla más significativas.
Esto sugiere que, si bien las cifras del PMI de febrero indican una recuperación a corto plazo de la producción, las debilidades estructurales en el empleo y el gasto interno siguen siendo desafíos clave.
Con la fluctuación de la demanda mundial de productos chinos y la escalada de las tensiones comerciales, los responsables políticos se enfrentan a una presión creciente para que presenten medidas de estímulo más contundentes en la próxima reunión de la Asamblea Popular Nacional.
Las perspectivas para el sector manufacturero chino en 2024 dependerán de si estas intervenciones políticas pueden sostener el crecimiento en medio de las incertidumbres económicas externas e internas.
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