
La inflación en Japón se disparó en enero, con un aumento de los precios al consumidor del 4% interanual, el nivel más alto desde principios de 2023.
Esto ha intensificado la presión sobre el Banco de Japón (BOJ) para que endurezca su política monetaria ultralaxa.
Con la inflación superando constantemente el objetivo del 2% del banco central durante casi tres años, los analistas están cada vez más convencidos de que las subidas de tipos pueden ser inminentes.
La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos frescos, subió al 3,2% desde el 3% de diciembre, superando las previsiones de los economistas del 3,1%, según una encuesta de Reuters.
La llamada medida de inflación “núcleo-núcleo” —que excluye los alimentos frescos y la energía y es seguida de cerca por el Banco de Japón— también aumentó al 2,5% desde el 2,4% del mes anterior.
Mientras tanto, la inflación general se mantuvo elevada en diciembre, situándose en el 3,6%, lo que supone el 34º mes consecutivo por encima del objetivo del banco central.
Los datos de inflación impulsaron un ligero fortalecimiento del yen, que ganó un 0,15% frente al dólar, cotizando a 149,39.
El sentimiento del mercado sugiere expectativas crecientes de un endurecimiento de la política monetaria, especialmente porque los funcionarios del Banco de Japón han señalado repetidamente su preocupación por la prolongada flexibilización monetaria.
El resumen de opiniones del banco central de su reunión de enero subrayó los riesgos de inflación y advirtió contra la depreciación del yen, señalando,
“Será necesario que el Banco ajuste el grado de acomodación monetaria para evitar el sobrecalentamiento de las actividades financieras y una dependencia excesiva de una política monetaria expansiva.”
Añadiéndose al debate sobre la subida de tipos, las últimas cifras del PIB de Japón ofrecieron una imagen mixta.
Si bien el crecimiento económico del cuarto trimestre superó las expectativas —expandiéndose un 0,7% intertrimestral y un 2,8% anualizado—, el crecimiento del PIB para todo el año 2024 se desaceleró hasta solo un 0,1%, una fuerte caída desde el 1,5% de 2023.
A pesar de esta desaceleración, los analistas argumentan que la inflación sostenida y un yen débil podrían impulsar al Banco de Japón hacia su primera subida de tipos en décadas.
El Commonwealth Bank of Australia señaló antes del informe de inflación que los recientes datos económicos sólidos han reforzado los argumentos a favor de una subida de tipos más temprana.
Del mismo modo, los analistas de Bank of America creen que el Banco de Japón está “probablemente cada vez más preocupado” por los riesgos de inflación, lo que podría acelerar los cambios de política.
Predicen que el banco central subirá los tipos de interés en junio y diciembre, elevando finalmente su tipo terminal al 1,5% mediante subidas adicionales en 2026 y principios de 2027.
Con las presiones inflacionarias persistentes y los indicadores económicos reforzando la necesidad de un endurecimiento de la política monetaria, los mercados están atentos al próximo movimiento del Banco de Japón.
Si la inflación continúa su trayectoria ascendente, la histórica era de tipos de interés negativos de Japón podría llegar pronto a su fin.
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