
El presidente Donald Trump ha reavivado las tensiones comerciales mundiales al imponer aranceles del 25% al acero y al aluminio importados, lo que provocó una reacción inmediata de las principales economías.
La Unión Europea, China y los aliados norteamericanos ya se están preparando para responder y las preocupaciones sobre una nueva guerra comercial están aumentando nuevamente.
El objetivo de Trump es apoyar a la industria estadounidense, pero la historia sugiere que esto podría conducir a precios más altos para los consumidores y a represalias de los principales socios comerciales.
Con la inflación mundial todavía alta y las cadenas de suministro bajo presión, estos aranceles podrían interrumpir los flujos comerciales y debilitar el crecimiento económico.
El mundo ya ha visto esto antes, entonces ¿por qué Trump está volviendo a imponer aranceles y qué sucederá después?
¿Por qué Trump está imponiendo aranceles nuevamente?
Trump sostiene que Estados Unidos está siendo tratado injustamente en el comercio mundial y que los aranceles impulsarán la producción nacional de acero y aluminio.
La Casa Blanca dice que la medida se trata de seguridad nacional, asegurando que Estados Unidos no dependa de metales extranjeros. Un consejero principal ha declarado:
No se trata solo de comercio. Se trata de garantizar que Estados Unidos nunca tenga que depender de naciones extranjeras para industrias críticas como el acero y el aluminio”.
Trump también ha insinuado que estos aranceles son solo el comienzo, con planes de “aranceles recíprocos” a los países que imponen aranceles más altos a los productos estadounidenses.
Durante su primer mandato, Trump introdujo aranceles similares al acero y al aluminio en 2018, alegando que revitalizarían la manufactura estadounidense.
Sin embargo, estudios económicos posteriores mostraron que la política condujo a pérdidas de empleos en las industrias consumidoras de acero, ya que las empresas enfrentaron mayores costos de materias primas.
La industria siderúrgica estadounidense se ha recuperado de la recesión pandémica y los mercados mundiales ya están lidiando con una alta inflación.
Aumentar los aranceles ahora podría hacer subir los precios y afectar a industrias que dependen del acero y el aluminio, como la fabricación de automóviles y la construcción.
¿Cómo está reaccionando el mundo a los aranceles de Trump?
La Unión Europea condenó rápidamente los aranceles y advirtió de contramedidas proporcionales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha prometido que la represalia será rápida y se centrará en exportaciones estadounidenses emblemáticas como el bourbon, los vaqueros y las motocicletas.
“Los aranceles injustificados a la UE no quedarán sin respuesta. Desatarán contramedidas firmes y proporcionadas”.
Alemania, la mayor economía de la UE y un importante exportador de acero a Estados Unidos, ha mostrado su disposición a actuar.
El canciller Olaf Scholz ha dicho que la UE podría responder “en una hora” si fuera necesario. También enfatizó el poder de Europa al decir:
“Como el mercado más grande del mundo con 450 millones de ciudadanos, tenemos la fuerza para hacerlo”.
Bruselas también está considerando restablecer los aranceles que fueron suspendidos después de la primera guerra comercial de Trump en 2018.
Más allá de Europa, China y Canadá también han reaccionado. China ya ha impuesto nuevos aranceles a determinados productos estadounidenses, mientras que Canadá ha calificado la medida de “totalmente injustificada”.
Las economías emergentes de Asia también se preparan para el impacto. Los “aranceles recíprocos” planeados por Trump podrían afectar más a la India y Tailandia, ya que imponen aranceles más altos a las exportaciones estadounidenses que los que Estados Unidos impone a las suyas.
Los países con grandes superávits comerciales con Estados Unidos también podrían enfrentar medidas específicas, lo que añadiría más incertidumbre al comercio mundial.
¿Qué significa esto para la inflación y los mercados globales?
Los aranceles actúan como un impuesto a las importaciones, lo que significa que las empresas que pagan más por el acero y el aluminio pueden trasladar esos costos a los consumidores.
Con la inflación todavía por encima de los niveles previos a la pandemia, el riesgo es que estos aranceles empujen los precios al alza en múltiples industrias.
El mercado de valores ya ha reaccionado. Las acciones de los fabricantes de acero estadounidenses subieron tras el anuncio de los aranceles, ya que los inversores apostaron por precios internos más altos.
Pero para los fabricantes que dependen de metales importados, esta es una noticia terrible.
Industrias como la fabricación de automóviles, la aeroespacial y la construcción podrían enfrentar mayores costos de producción, lo que podría llevar a recortes de empleos o aumentos de precios para los consumidores.
Mientras tanto, la incertidumbre del comercio mundial podría debilitar la confianza empresarial y ralentizar la inversión.
Una guerra comercial prolongada interrumpiría las cadenas de suministro, justo cuando el mundo está tratando de estabilizarse de los choques económicos de la pandemia y la guerra en Ucrania.
¿Trump está iniciando una nueva guerra comercial?
El riesgo de una guerra comercial a gran escala está aumentando, especialmente si Trump sigue adelante con su plan de aranceles recíprocos.
A diferencia de 2018, cuando Estados Unidos finalmente negoció reducciones arancelarias con algunos aliados, esta vez los líderes mundiales parecen menos dispuestos a llegar a un compromiso.
La UE se prepara para contramedidas agresivas y China ya ha comenzado a tomar represalias.
Canadá y México, dos de los mayores proveedores de acero a Estados Unidos, también están sopesando sus próximos pasos.
Si varios países imponen aranceles recíprocos, los flujos comerciales mundiales podrían verse gravemente interrumpidos.
También hay un factor geopolítico en juego.
Los aranceles de Trump no se tratan solo de comercio; se trata de aprovechar el poder económico antes de las próximas negociaciones con Europa y China.
Al adoptar una postura agresiva, Estados Unidos podría estar tratando de obligar a sus socios comerciales a firmar nuevos acuerdos que favorezcan a las industrias estadounidenses.
Pero la historia sugiere que las guerras comerciales tienden a perjudicar a todas las partes.
La batalla arancelaria entre Estados Unidos y China en 2018-2019 provocó mayores costos para las empresas y los agricultores estadounidenses, obligó a las compañías a reestructurar las cadenas de suministro y debilitó el crecimiento económico mundial.
¿Qué pasa después?
El plazo de implementación del 12 de marzo fijado por Trump deja poco tiempo para las negociaciones. En las próximas semanas, se esperan desarrollos rápidos a medida que los países anuncien contramedidas.
La UE y China ya están redactando sus aranceles de represalia y es probable que las empresas de industrias dependientes del acero presionen por exenciones o ajustes de políticas.
Mientras tanto, el impacto en los mercados globales y la inflación se volverán más claros a medida que las empresas comiencen a ajustar los precios y las cadenas de suministro.
Si esta disputa comercial se convierte en una guerra arancelaria a gran escala, la economía mundial podría sufrir un golpe masivo.
Pero si las conversaciones diplomáticas evitan un enfrentamiento total, el daño podría ser limitado.
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