
La iniciativa de reducción de costes de la administración Trump, encabezada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk, está siendo objeto de escrutinio.
Si bien DOGE ha anunciado la cancelación de más de 1.100 contratos federales, los datos publicados por la propia agencia revelan que es improbable que una parte significativa de estas cancelaciones ahorren dinero al gobierno.
La semana pasada, DOGE publicó una lista inicial de 1.125 contratos rescindidos en todo el gobierno federal.
Sin embargo, los datos mostrados en el “Muro de Recibos” de DOGE indican que 417 de estas cancelaciones de contratos, que representan casi el 40% del total, se proyectan que no generarán ningún beneficio financiero.
Esta falta de ahorros se debe principalmente a que el valor total de estos contratos ya se ha comprometido íntegramente.
Esto significa que el gobierno está legalmente obligado a gastar los fondos en los bienes o servicios adquiridos y, en muchos casos, ya ha cumplido con su obligación financiera.
Cancelaciones “sin sentido”: ¿son los ahorros solo una ilusión?
“Es como confiscar municiones usadas después de haber sido disparadas, cuando ya no queda nada en ellas. No cumple ningún objetivo político”, dijo a Fortune Charles Tiefer, profesor de derecho jubilado de la Universidad de Baltimore y experto en derecho de contratación gubernamental.
Añadió que “rescindir tantos contratos sin sentido obviamente no sirve para ahorrar dinero”.
Ejemplos de estos contratos ya pagados incluyen suscripciones a servicios de medios como The Associated Press y Politico, estudios de investigación finalizados, formación impartida, software adquirido y prácticas profesionales anteriores.
A pesar de la falta de ahorros tangibles, un funcionario de la administración defendió las cancelaciones, argumentando que tiene sentido eliminar los contratos considerados como posible “peso muerto”.
El funcionario solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el asunto.
Los datos de DOGE valoran los 417 contratos en cuestión en un total de 478 millones de dólares.
También se espera que docenas de otros contratos cancelados generen ahorros mínimos, si es que los generan.
Enfoque de “tala y quema”: los expertos expresan su preocupación
“Es demasiado tarde para que el gobierno cambie de opinión sobre muchos de estos contratos y se desentienda de su obligación de pago”, advirtió Tiefer, señalando que DOGE parecía estar adoptando un enfoque de “tierra arrasada” en la reducción de contratos.
Tiefer, quien formó parte de la Comisión sobre Contratación en Tiempo de Guerra en Irak y Afganistán, argumentó que este enfoque podría afectar negativamente el desempeño de las agencias gubernamentales.
Sugirió que se podrían lograr ahorros reales mediante la colaboración con los funcionarios de contratación de las agencias y los inspectores generales para identificar eficiencias, una estrategia que la administración no ha seguido.
Afirmaciones infladas sobre ahorros: un análisis más detallado del resultado final
Si bien DOGE afirma que las cancelaciones de contratos en general se proyectan para ahorrar más de 7.000 millones de dólares, expertos independientes han cuestionado la exactitud de esta cifra, sugiriendo que podría estar inflada.
Los contratos cancelados abarcaban una amplia gama de bienes y servicios.
Por ejemplo, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano adjudicó en septiembre un contrato para la compra e instalación de mobiliario de oficina en varias sucursales.
Aunque el contrato no expira hasta finales de este año, los registros federales revelan que la agencia ya se había comprometido a gastar la cantidad máxima de 567.809 dólares con una empresa de muebles.
Del mismo modo, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional negoció el año pasado un contrato de 145.549 dólares para limpiar la alfombra de su sede en Washington.
Sin embargo, la cantidad total ya se había comprometido con una empresa propiedad de una tribu nativa americana con sede en Michigan.
Otro contrato, por valor de 249.600 dólares, ya se había gastado en una empresa de Washington D.C. para ayudar al Departamento de Transporte con la reciente transición entre administraciones.
Objetivos contradictorios: ¿obstaculizando los esfuerzos de modernización?
Para añadir más controversia, algunos de los contratos cancelados estaban diseñados para modernizar y mejorar las operaciones gubernamentales, lo que parece contradecir el mandato de reducción de costes de DOGE.
Uno de esos contratos, entre los más grandes, involucró a una empresa de consultoría contratada para ayudar a reorganizar el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la agencia que encabezó la respuesta a la pandemia de Covid-19.
La totalidad de los 13,6 millones de dólares ya se habían comprometido con Deloitte Consulting LLP para la asistencia en la reestructuración, que incluía el cierre de varias oficinas de investigación.
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