
China está haciendo un esfuerzo serio por liderar el mundo en tecnología.
Desde la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos hasta los semiconductores y las energías renovables, el país está acelerando sus esfuerzos para superar a Occidente.
La reunión del presidente Xi Jinping con los principales líderes empresariales es una declaración a Occidente de que Pekín está cambiando su enfoque.
El sector privado, que antes era objeto de un intenso escrutinio, ahora está recibiendo apoyo.
¿Tiene China posibilidades de convertirse en el líder tecnológico mundial?
¿Está China construyendo el próximo imperio de la IA?
La inteligencia artificial está en el centro de la estrategia de China.
El auge de DeepSeek, un modelo de lenguaje grande desarrollado sin los últimos chips estadounidenses, ha sacudido realmente la industria.
Se ha demostrado que China puede innovar a pesar de las sanciones de Estados Unidos.
Las empresas chinas de IA ahora registran más patentes que cualquier otro país.
Tencent y Alibaba están integrando la IA en sus plataformas, mientras que Huawei está desarrollando sus soluciones de semiconductores.
El gobierno está invirtiendo miles de millones en investigación de IA, y las empresas respaldadas por el Estado están avanzando en la computación cuántica a un ritmo que rivaliza con el de Estados Unidos.
Las cifras respaldan la tendencia. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, China representó casi la mitad de las solicitudes de patentes de IA a nivel mundial en 2023.
Si bien Estados Unidos sigue liderando en infraestructura de IA, China está demostrando que puede desarrollar alternativas competitivas.
La aparición de DeepSeek recuerda a la salida a bolsa de Alibaba en 2014, que desencadenó un auge en la innovación tecnológica para el consumidor chino.
Si la IA sigue una trayectoria similar, China podría dominar la próxima generación de aplicaciones digitales.
¿Un nuevo rey de los vehículos eléctricos?
La industria automotriz se está transformando, y China está liderando el camino.
En 2023, China se convirtió en el mayor exportador mundial de vehículos eléctricos, superando a Japón.
BYD, el principal fabricante de vehículos eléctricos del país, vendió más coches que Tesla en el cuarto trimestre de 2023.
Esto era impensable hace unos años.

Las baterías son una razón clave de este éxito.
China produce más del 80% de las baterías para vehículos eléctricos del mundo, con empresas como CATL y BYD a la vanguardia.
El país también domina la cadena de suministro de litio, cobalto y níquel, materiales clave para la producción de baterías.
Mientras que los fabricantes de automóviles occidentales luchan contra los costes y la infraestructura, China ha aumentado la producción y reducido los precios.
El resultado fue una avalancha de vehículos eléctricos asequibles que inundaron los mercados globales, particularmente en Europa y el sudeste asiático.
Sin embargo, Occidente está contraatacando. Estados Unidos y la UE están considerando aranceles para frenar las importaciones chinas de vehículos eléctricos.
Mientras tanto, los subsidios locales en EE. UU. están impulsando la producción nacional de baterías. Pero China no va a frenar tan fácilmente.
El cambio de estrategia de Xi Jinping
En 2020, los gigantes tecnológicos chinos fueron atacados. Jack Ma, que alguna vez fue el rostro de la innovación china, desapareció de la vida pública después de criticar a los reguladores.
La filial de tecnología financiera de Alibaba, Ant Group, vio cancelada su oferta pública inicial (OPI) de 34.000 millones de dólares.
Pekín tomó medidas enérgicas contra las empresas de transporte compartido, juegos y educación, eliminando miles de millones del mercado de valores.
El sector privado captó el mensaje: el crecimiento era bienvenido, pero el poder no.
Pero la reciente reunión de Xi Jinping con líderes empresariales, incluidos Ma y Ren Zhengfei de Huawei, tuvo como objetivo restaurar la confianza. Prometió menos multas regulatorias y un mercado más justo para las empresas privadas.
Esta es una medida calculada. La economía china se está desacelerando y la inversión privada ha disminuido. Al tranquilizar a los empresarios, Xi espera estabilizar el clima empresarial.
Sin embargo, las viejas reglas siguen vigentes. El gobierno quiere que el sector privado prospere, pero solo dentro de los límites aprobados por el Estado.
Los emprendedores deben servir a los objetivos nacionales, como el desarrollo de la IA y la manufactura avanzada. La era de los imperios tecnológicos privados sin control ha terminado.
¿Se está liberando finalmente China de la tecnología occidental?
Durante años, China dependió de Occidente para obtener semiconductores y componentes de alta tecnología.
Las sanciones estadounidenses tenían como objetivo cortar su acceso a chips avanzados. Muchos esperaban que China tuviera dificultades.
Pero el último teléfono inteligente de Huawei, impulsado por un chip de 7 nm desarrollado en el país, sorprendió a los expertos de la industria.
Esto sugiere que China está avanzando en la fabricación de chips, a pesar de las restricciones.
Aunque China puede producir chips de gama media, todavía está a años de distancia en la fabricación de semiconductores de alta gama.
Estados Unidos, Japón y los Países Bajos controlan los equipos de fabricación de chips más avanzados, y las restricciones a la exportación están limitando el acceso de China.
Para contrarrestar esto, Pekín ha invertido más de 100.000 millones de dólares en su industria nacional de semiconductores, con el claro objetivo de lograr la independencia tecnológica completa de Occidente.
Mientras tanto, las empresas occidentales están redoblando sus esfuerzos. Estados Unidos está invirtiendo fuertemente en la producción nacional de chips, con una Ley CHIPS de 52.000 millones de dólares diseñada para asegurar el liderazgo estadounidense. Europa también está aumentando la financiación para semiconductores.
¿Se convertirá China en el líder tecnológico mundial?
China está haciendo una apuesta seria por el dominio tecnológico global.
Su gobierno está destinando enormes recursos a la IA, los vehículos eléctricos y los semiconductores.
Sus empresas están innovando a pesar de las sanciones occidentales. Y su modelo económico, el llamado “capitalismo respaldado por el Estado”, le da la capacidad de impulsar estrategias a largo plazo.
Sin embargo, no será una tarea fácil. Occidente está trabajando activamente para frenar el ascenso de China, limitando el acceso a tecnologías críticas.
Los desafíos internos, como el debilitamiento del mercado inmobiliario y la reticencia de los inversores, podrían ralentizar el progreso.
Y si bien China destaca en la ampliación de la producción, todavía se queda atrás en los avances de vanguardia.
La próxima década determinará si China puede liberarse completamente de la dependencia tecnológica occidental y tomar la delantera.
Si su progreso en IA, vehículos eléctricos y chips continúa a este ritmo, no solo se pondrá al día, sino que establecerá el nuevo estándar global.
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