
Hubo un tiempo de metal y cristal roto sobre Euskadi en el que una banda terrorista asesinó a más de 850 personas. Fue un tiempo largo durante el que los etarras mataban y sus víctimas morían sin que una parte importante de los ciudadanos vascos se dieran por enterados. También la Iglesia, también, especialmente entre los años 1979 y 2000, etapa en la que fue obispo de San Sebastián José Mª Setién Alberro. Sus dos primeros años al frente de la diócesis coincidieron con los años más cruentos en el historial de ETA: 76 asesinatos en 1979 y 98 en 1980.