
La Oficina de Investigación del Ministerio de Justicia de Taiwán (MJIB) ha acusado al mayor fabricante de chips de China, Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC), de contratar ilegalmente a profesionales taiwaneses del sector de los semiconductores.
Las acusaciones forman parte de una investigación más amplia sobre 11 empresas chinas sospechosas de captar talento del sector de semiconductores de Taiwán.
La investigación pone de relieve las crecientes tensiones en la industria mundial de semiconductores, donde la competencia por la experiencia en ingeniería se ha intensificado tras las restricciones impuestas por Estados Unidos al acceso de China a equipos avanzados de fabricación de chips.
Los investigadores afirman que SMIC operaba secretamente una filial en Taiwán utilizando una empresa fantasma con sede en Samoa para ocultar sus orígenes y evitar la supervisión regulatoria.
La operación supuestamente tuvo como objetivo a ingenieros altamente cualificados en un intento de reforzar las ambiciones de China en la fabricación nacional de chips.
SMIC vinculada a una empresa fantasma en Taiwán
El MJIB afirmó que SMIC creó una filial en Taiwán “bajo la apariencia de inversión extranjera”, utilizando una empresa registrada en Samoa como fachada.
La empresa está acusada de reclutar ingenieros de chips locales eludiendo los requisitos legales para la inversión extranjera directa.
Las autoridades taiwanesas iniciaron su investigación en diciembre de 2024.
Desde entonces, las fuerzas del orden han registrado 34 lugares relacionados con las 11 empresas chinas e interrogado a 90 personas vinculadas a la presunta red de reclutamiento.
Un grupo de trabajo especial fue creado inicialmente por el MJIB a finales de 2020 para investigar las denuncias de prácticas de contratación no autorizadas por parte de empresas de la China continental.
Las autoridades afirman que las empresas chinas suelen operar de forma encubierta, a veces haciéndose pasar por empresas taiwanesas, de chinos de ultramar o con respaldo extranjero para evitar ser detectadas y eludir las restricciones legales taiwanesas.
En algunos casos, se han utilizado agencias de empleo para canalizar ofertas de trabajo a ingenieros taiwaneses.
Las restricciones estadounidenses a los chips intensifican la competencia por el talento.
La investigación sobre SMIC se produce en medio de los crecientes esfuerzos de China por cerrar su brecha tecnológica en la producción de chips.
La ambición de China de lograr la autosuficiencia en semiconductores ha cobrado urgencia desde que Estados Unidos incluyó a SMIC en su lista negra de exportaciones en 2020.
Esta acción cortó efectivamente el acceso de la empresa a las herramientas avanzadas de fabricación de chips proporcionadas por compañías como ASML, un proveedor holandés clave de máquinas de litografía ultravioleta extrema.
En 2023, SMIC acaparó titulares al ser identificada como la fabricante del chip de 7 nanómetros utilizado en el teléfono inteligente Mate 60 Pro de Huawei.
El producto suscitó preocupación entre los funcionarios estadounidenses, quienes cuestionaron cómo la empresa había desarrollado un chip de esas características a pesar de las prohibiciones de exportación de equipos críticos.
SMIC no ha comentado públicamente sobre las últimas acusaciones formuladas por el MJIB de Taiwán.
China se enfrenta a restricciones en el talento para la fabricación de chips.
Taiwán sigue dominando la industria mundial de fabricación de semiconductores.
La isla alberga a Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el fabricante de chips por contrato más avanzado del mundo.
TSMC produce chips para gigantes tecnológicos como Apple y Nvidia, y su ventaja tecnológica ha convertido a Taiwán en un punto focal estratégico en la cadena de suministro global.
Estados Unidos ha reforzado esta asociación estratégica, alentando a TSMC a expandir su capacidad de fabricación en suelo estadounidense.
Washington también ha estado activo en la protección del sector de chips de Taiwán contra los intentos de reclutamiento y adquisición chinos, en un esfuerzo por asegurar las cadenas de suministro y reducir la dependencia de la tecnología china.
La última ofensiva del MJIB demuestra la determinación de Taiwán de proteger a su fuerza laboral del sector de semiconductores de lo que denomina “captación ilegal”.
La magnitud de la investigación, que incluyó 34 registros y 90 entrevistas, indica que las autoridades están intensificando sus esfuerzos para contrarrestar las actividades de reclutamiento extranjero consideradas perjudiciales para la seguridad nacional y la competitividad industrial.
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